El CBD es un cannabinoide que encontramos en la marihuana, responsable de algunas propiedades medicinales del cannabis, pero sin alterar el estado de ánimo de su consumidor. Las extracciones de CBD son una gran opción para aquellos que deseen tratar dolores graves u otros problemas como convulsiones, pues no tendrán que fumar la planta, sino que podrán aprovecharse de sus propiedades consumiéndolo, o aplicándolo directamente sobre la zona afectada.
Que necesitas:
Recomendamos hacerlo con variedades que por lo menos cuenten con un ratio THC:CBD 1:1, aunque las extracciones más puras las conseguiremos siempre con cepas cuyo cannabinoide predominante sea el CBD. Con 1g de cogollos secos por cada 100ml de aceite será suficiente, en esta ocasión vamos a hacer 500ml de aceite, por lo que necesitaremos 5g de cogollos secos para conseguir un aceite altamente efectivo.
Es importante que el material vegetal utilizado esté completamente libre de químicos, por lo que la mejor opción será siempre una marihuana cultivada por uno mismo, pues será la única forma de garantizar, que no cuenta con ninguna toxina en su composición.
Podemos utilizar cualquier aceite (siempre que sea apto para consumo humano) para hacer nuestra loción, aunque los más recomendables son el aceite de cáñamo y el de oliva, pues conservarán mejor las propiedades del cannabis, permitiéndonos almacenarlo durante una duración de tiempo mayor.
Cómo se hace:
Coge un cazo o una olla y rellénalo de unos 500ml de agua, ponla a fuego lento y espera un par de minutos. Cuando el agua esté caliente deberás añadir los 500ml de aceite y los 5g de marihuana, remover despacio y mantener a fuego muy suave. Durante aproximadamente una hora deberemos mantener el fuego, controlando que el agua no empiece a hervir, removiendo suavemente cada cierto tiempo.
El agua comenzará su ebullición a los 100ºC, si esto sucede deberemos disminuir la temperatura, pues como siga hirviendo rápidamente alcanzará los 150ºC, lo que hará que algunos cannabinoides se evaporen. Deberemos encargarnos de que se mantenga a una temperatura leve aunque nos lleve un tiempo mayor, pues aseguraremos que suelta todos los cannabinoides, sin llegar a alterarlos o evaporarlos.
Una vez ha pasado el tiempo suficiente como para que suelte todos los cannabinoides, procederemos a retirar la olla del fuego, y dejarlo enfriarse a temperatura ambiente. Cuando el aceite haya bajado su temperatura, alcanzará una forma más sólida/pastosa, por lo que apenas te costará separarla del agua, la cual se mantendrá en su forma líquida.
Posteriormente tendrás que filtrar el aceite utilizando un colador, de manera que todos los retos vegetales queden atrapados en la malla, dejando tu extracción lista para ser utilizada. Para conservarlo el mayor tiempo posible, recomendamos almacenarlo en algún bote con sellado hermético, en un lugar fresco y seco, alejado de la luz del sol.
Modo de uso:
En caso de contar con un dolor en una zona específica, podemos aplicarlo como cualquier crema, haciendo que su efecto sea directo sobre la zona específica.
Si deseamos tratar algo más general como convulsiones o espasmos, podremos colocar directamente un par de gotas debajo de la lengua, de manera que su efecto quede repartido por todo el cuerpo.
Si el sabor es demasiado excesivo aplicado directamente bajo la lengua, también puedes utilizarlo para aderezar diferentes comidas, de manera que te aprovecharás de las mismas propiedades medicinales, pero su sabor será más suave, pues únicamente aportará unos sutiles matices al sabor.