La revolucionaria ley uruguaya que habilitó la provisión de cannabis hace cinco años hoy se escribe en las páginas de negocios. Sobre todo, luego de la legalización en Canadá y en algunos Estados de Estados Unidos, hechos que hicieron las cosas más serias, sobre todo financieramente. Es del norte de donde provienen los fondos que están poblando al pequeño país de sembradíos de CBD.
Así sucedió con Cannapur, el proyecto comandado por Marcos Algorta, el presidente de la Cámara Uruguaya de Empresarios del Cannabis Medicinal, que empleará a unas 600 personas en Juan Lacaze dentro de unos meses. Y así comenzó a suceder con Fotmer SA, una firma de capitales estadounidense, uruguayos y argentinos, que invertirá seis millones de dólares en su planta ubicada en la zona franca de Nueva Helvecia (a casi dos horas de Montevideo) y un millón más en otra de sus instalaciones, donde se desarrolla la investigación de semillas y plantas ubicado en el Parque de la ciencias, en el departamento de Canelones
Fotmer ya instaló los primeros 6 invernáculos de un total de 18, que cuentan con tecnología de última generación y se encuentran distribuidos en tres hectáreas y media. Allí se harán cultivos estandarizados de plantas de cannabis sativa, controlando las condiciones ambientales, como luz, dióxido de carbono, flujo aire, nutrientes y temperatura para alcanzar inflorescencias de máxima calidad.
La tecnología invertida en el proyecto incluye un sistema de identificación que permitirá conocer en tiempo real la trazabilidad de cada planta que se encuentra inserta en una maceta con un sustrato inerte, lo que habilita el control de las sustancias absorbidas y eliminan potenciales microrganismos o elementos que contaminen o alteren su estructura química y física. Los nutrientes necesarios son provistos a través de un sistema de riego y fertilización que proporciona a cada planta la cantidad de alimento que necesita en base al monitoreo permanente de cada ejemplar.
Helena González, Gerente de Calidad e Investigación y Desarrollo de Fotmer, indicó que “al tratarse de productos de perfil químico estandarizado, la empresa puede cuidar la cantidad relativa de cannabinoides y otros compuestos como terpenos y flavonoides presentes en la planta”. “Nuestros desarrollos genéticos e investigaciones conducirán a lograr calidades de grado farmacéutico de extractos de cannabis que permitirán la obtención de productos con diferente perfil químico para abordar distintas patologías como el tratamiento del dolor, glaucoma, espasticidad muscular, apetito, náuseas, entre otros”, agregó la experta.
Cultivo a gran escala para abastecerse
La compañía, proyecta comenzar en pocos meses a desarrollar un cultivo a gran escala acorde a lo autorizado de hasta 35.000 plantas y diez toneladas de inflorescencias secas anuales y trabajará en estrecha colaboración con el Grupo de Química Medicinal de la Facultad de Ciencias (GQM) de la Universidad de la República.
El secretario de la Junta Nacional de Drogas, Diego Olivera, estuvo presente en el acto de presentación de la iniciativa y detalló que son 17 los proyectos que se instalarán en Uruguay, los que invertirán 100 millones de dólares generando más de 500 puestos de trabajo. Desde hace años empresas extranjeras estudian el potencial terapéutico en Uruguay.
Por Rama