¿Qué es el aceite de cannabis?
Los extractos concentrados de cannabis, también conocidos como aceites de cannabis debido a su aspecto pegajoso y viscoso, son cada vez más mencionados por los pacientes como automedicación para la cura del cáncer. En general, los métodos de preparación del aceite de cannabis son relativamente simples y no requieren utensilios especiales. El propósito de la extracción, a menudo seguida de una fase de evaporación del disolvente, es hacer que los cannabinoides y otros componentes beneficiosos como los terpenos estén disponibles en altas concentraciones. El aceite de cannabis se suele tomar por vía oral, mediante ingesta de un pequeño número de gotas varias veces al día. Aquí se encuentra información sobre la cuestión de si el cannabis puede curar el cáncer.
¿Cómo se prepara el aceite de cannabis?
Se han descrito varios métodos para la preparación del aceite de cannabis. El más popular, propuesto por el ex-enfermo de cáncer (de piel) Rick Simpson de Canadá, sugiere el uso de nafta o éter de petróleo como disolvente para la extracción. Tras el éxito del aceite Simpson, han surgido una serie de recetas parecidas que hacen hincapié en pequeños pero significativos cambios de la fórmula original. Como ejemplos, el que incluye un enfoque más seguro respecto al disolvente utilizando etanol, o la forma de prevenir la exposición a un disolvente orgánico mediante el uso de aceite de oliva.
¿Qué es el nafta o éter de petróleo?
En general, la denominación de éter de petróleo y nafta se refieren a productos muy similares, aunque pueden utilizarse diferentes nombres en todo el mundo; por ejemplo, en algunos países el nafta equivale al combustible diesel o queroseno. Ambos disolventes son una mezcla de hidrocarburos de petróleo, a menudo disponibles en una amplia gama de formas. Todos los disolventes deben ser considerados nocivos e inflamables y algunos de ellos, como el hexano y el benceno, pueden ser neurotóxicos. Según sus fabricantes tanto el nafta como el éter de petróleo son considerados peligros por ser potenciales causantes de cáncer. Además, los productos vendidos como nafta pueden contener impurezas añadidas (por ejemplo, combustible Coleman®) que pueden tener propiedades perjudiciales por sí mismas.
¿Los residuos del disolvente suponen un riesgo para la salud?
Aunque los aceites de cannabis se concentran generalmente mediante la evaporación de los disolventes que se han utilizado para la extracción, estos no se eliminan completamente y pueden quedar residuos. Como resultado de la viscosidad de la muestra, mientras más concentrado sea un extracto más difícil será eliminar el disolvente residual del mismo. En tal caso la aplicación de más calor aumentará la evaporación del disolvente, pero simultáneamente se puede perder también más componentes beneficiosos (como cannabinoides o terpenos). Por tanto siempre es más recomendable el uso de disolventes no tóxicos, de manera que los posibles residuos no sean perjudiciales para la salud.
¿Cuál es la mejor y más saludable forma de preparar aceite de cannabis?
Recientemente se realizó un estudio analítico para comparar varios métodos habituales de preparación usados respecto a la cantidad de cannabinoides, terpenos y residuos de disolventes. Los disolventes ensayados incluyeron el etanol, el nafta, el éter de petróleo y el aceite de oliva. Basándonos en este estudio, podemos hacer las siguientes recomendaciones:
Como disolventes de extracción, el etanol y el aceite de oliva lograron los mejores resultados, la extracción de la gama completa de terpenos y cannabinoides presentes en el material herbal de cannabis fue muy eficiente. Además, estos disolventes son seguros para el consumo.
Desgraciadamente el etanol puro también extrae grandes cantidades de clorofila del material herbal de cannabis, lo que da al extracto final un verdor distinto y a menudo un sabor desagradable. Del extracto de etanol se puede eliminar eficazmente la clorofila por filtración a través de carbón activado, pero también se separa gran cantidad de cannabinoides y terpenos, por lo que no es recomendado. Además en muchos países el etanol comestible es un disolvente caro, como resultado de los impuestos añadidos al alcohol.
Esto deja al aceite de oliva entre todos los disolventes ensayados como la elección más óptima para la preparación de aceite de cannabis para la automedicación. El aceite de oliva es barato, no inflamable ni tóxico, y debe calentarse sólo hasta 100° C (mediante el empleo de un frasco de vidrio con el producto en agua hirviendo durante 1-2 horas) de manera que no necesita ser sobrecalentado. Después de enfriar y filtrar el aceite ya está listo para el consumo. Como desventaja, sin embargo, el extracto de aceite de oliva no se puede concentrar por evaporación, lo que significa que los pacientes tendrán que consumir un mayor volumen del mismo para obtener los mismos resultados terapéuticos.
El precalentamiento del cannabis para “activar” (descarboxilación) los cannabinoides puede dar como resultado la pérdida de terpenos por evaporación. Si se desea una gama completa de terpenos en el aceite de cannabis final, se puede utilizar para la extracción brotes y hojas secas directamente, sin precalentamiento.
Sobre el autor
El Dr. Arno Hazekamp es investigador fitoquímico del Departamento de Metabolómica de Plantas de la Universidad de Leiden, Países Bajos. También coordina el programa de I+D de Bedrocan BV.