Ha sido presentado por médicos del Departamento de Atención a las Personas Mayores del Hospital Glan Cluryd en Rbyl, Reino Unido, un caso de una mujer de 78 años con náuseas intratables tras un ictus cerebeloso que respondió bien al tratamiento con THC. Sus síntomas iniciales fueron: náuseas que no respondían al tratamiento, vértigo y ataxia. A pesar de que la ataxia y el vértigo mejoraron después de la rehabilitación, las náuseas persistieron. Llegó a ser tan intensa que empeoraba con el más mínimo movimiento. No obtenía ningún beneficio de la amplia gama de medicamentos estándar que probó.
Debido a que sus síntomas eran tan incapacitantes, accedió a probar con cannabis y recurrió al mercado ilegal. Tomaba pasteles de marihuana y marihuana untada en pequeñas cantidades en su tostada una vez al día. Sus síntomas mejoraron en una semana y fue era capaz de caminar y salir de casa. A pesar de que todavía tiene náuseas, no la angustian y no ha experimentado ningún efecto adverso en dos años. Los autores concluyen afirmando que “el cannabis podría ser una opción para tratar las náuseas intratable después de un accidente cerebrovascular, pero sólo después de que los demás tratamientos hayan fracasado”.
Cortesía de IACM
Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento