No recuerdo bien la fecha. Fue el 25 o el 28 de diciembre de 2002. Ese día me diagnosticaron esclerosis múltiple. Desde entonces mi vida ha dado un giro de 180 grados. Si te digo la verdad, he perdido la cuenta de los brotes que he tenido este último año. Uno me dejó sin habla, otro sin vista, otro me afectó a los brazos. Del último me quedó una hemiplejia de la pierna y brazo derechos. Ahora tengo la incapacidad. Era electricista, pero tuve que dejar de trabajar, de conducir...
La espasticidad [espasmos que dificultan la movilidad] es continua. No me visto bien por la rigidez. Mis brazos son como tablas. He tomado todo tipo de fármacos, ahora me dan ciclofosfamida [un inmunosupresor].
Hace cinco años me diagnosticaron un cáncer de mama, posteriormente una metástasis y todavía sigo en tratamiento con quimioterapia en el oncológico de Donosti [Instituto Oncológico de Guipúzcoa]. No llego a vomitar, pero los fármacos me provocan náuseas. Así que me fumo un porro después de comer y estoy dos o tres horas bien. O uso un vaporizador y así evito meter tabaco y alquitrán... A mí la cocina no me va...
Además de con las náuseas, me ayuda a dormir. Antes tomaba Orfidal [un sedante] y ahora no me hace falta. Y también abre el apetito, algo muy importante, porque en esta enfermedad hay que mantener el peso.
Soy portador del virus del sida desde los 18 años y desde hace cinco, en ocasiones, fumo marihuana para evitar las ganas de vomitar tremendas que tengo cuando me levanto. En estos 20 años he cambiado varias veces de fármaco antirretroviral, pero en los últimos tiempos tengo problemas digestivos.
Cada día me tomo 16 pastillas, ocho por la mañana y ocho por la noche: 10 grandes de nelfinavir que son muy difíciles de tragar; dos de epivir; dos de fortasec, para tratar las diarreas que me provoca el nelfinavir y alguna que otra más por un problema de tiroides. Así controlo la enfermedad, pero me provoca efectos secundarios, sobre todo a nivel digestivo. Sufro náuseas por la mañana y me mejoran dando unas caladas a un porro.
Todos los árboles de Barcelona tuvieron mi 'sello', porque cuando empecé con la quimioterapia para tratar mi cáncer de mama iba 'con la arcada puesta'. Me daban Primperán, pero a mi no me hacía efecto.
A la tercera sesión pensé que no lo resistiría más y un amigo psiquiatra me habló de la posibilidad de usar marihuana para calmar este continuo malestar. Me quedé espantada. ¡Yo ni siquiera era fumadora! Pero realmente no tenía nada que perder.
Al principio, les pedía a algunos amigos que fumasen a mi lado para poder inhalar el humo y el alivio era inmediato. Lo que ocurre es que al aspirar, el efecto es rápido, pero muy efímero. Poco a poco aprendí a hacerme mis 'recetas' para ingerir los cannabinoides de forma que pudiera encontrarme libre de vómitos durante unas horas.
Según investigaciones en animal realizadas en la Universidad de Saskatchewan, Canadá, los cannabinoides que se acoplan a los receptores CB1 favorecen el desarrollo de nuevas células nerviosas en el hipocampo, región del cerebro muy importante para la memoria y el comportamiento. Este efecto cannabinoide puede hacer disminuir la ansiedad y la depresión.
Investigadores Norteamericanos han estudiado la correlación entre el consumo de cannabis y el índice de masa corporal (IMC). El IMC es una medida que relaciona el peso y la altura. Los sujetos obesos presentan un IMC alto. El estudio, que incluyó a 297 mujeres, mostró que a pesar de que es sabido que el cannabis aumenta el apetito, su consumo en el año previo al estudio fue más frecuente en aquellos con un IMC bajo, es decir, en mujeres delgadas.
Según un estudio realizado en el Hospital Charité de Berlín, el nivel de los endocannabinoides (anandamida y 2-AG) en sangre muestran concentraciones notablemente mayores en mujeres obesas comparado con las delgadas. Por otro lado, la expresión del receptor CB1 y de la enzima amido hidrolasa de los ácidos grasos (más conocida por sus siglas en inglés FAAH), principal responsable de la degradación de la anandamida, estaban apreciablemente aumentados en el tejido graso de los sujetos obesos comparados a los controles. Los investigadores afirman que su "descubrimiento apoya la hipótesis de la presencia de un sistema endocannabinoide periférico que se encuentra sobre-extimulado en los casos de obesidad humana."
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Maryland, el consumo de cannabis no está asociado con riesgo de causar accidente de tráfico. Se analizaron 6.581 conductores que necesitaron hospitalización en un centro de traumatología entre los años 1997 y 2001. Los resultados sobre la presencia de alcohol y drogas ilegales obtenidos de los pacientes fueron cruzados con los informes policiales sobre el accidente. La culpabilidad del choque se asoció de forma rotunda con el uso de alcohol. Por el contrario, este estudio no encontró asociación alguna entre la culpabilidad de accidente y el consumo de cannabis. Se desconoce si los conductores estaban realmente bajo el efecto del cannabis ya que para la detección de cannabinoides sólo se realizaron analíticas de orina.
960 médicos de la familia, internistas, ginecólogos, psiquiatras, y especialistas en adicciones de EE.UU. se han manifestado sobre la posibilidad de prescripción legal de cannabis para uso médico. El 36 por ciento cree que la marihuana debería poder prescribirse legalmente y el 26 por ciento no se posicionó en ningún sentido. Medicina interna y ginecología fueron las especialidades más asociada al apoyo para uso médico del cannabis, mientras que la oposición más frecuente se da entre psiquiatras y especialistas en adicciones. Los autores dicen que "los médicos están, en conjunto, menos a favor de apoyar el uso médico de la marihuana que el público general norteamericano". Sin embargo, el estudio se basa en datos de hace más de cuatro años.
Según un sondeo realizado en todo el estado el pasado 14 de septiembre, los residentes de Wisconsin están a favor del uso médico del cannabis. La encuesta telefónica se hizo de forma aleatoria a 600 ciudadanos de Wisconsin, y fue llevada a cabo en julio de 2005 por Chamberlain Research Consultants dentro de las encuestas trimestrales que el Chamberlain realiza para el Wisconsin Trends. El sondeo sobre uso médico del cannabis se realizó por iniciativa del Marijuana Policy Project (MPP). El 75’7 por ciento dijo que apoyaría los cambios legales que permitiesen a los pacientes con cáncer, esclerosis múltiple, u otras enfermedades graves utilizar marihuana con fines medicinales bajo prescripción médica. Los republicanos apoyan la iniciativa en un 68 por ciento, mientras que entre los demócratas lo hacen el 83’9 por ciento.