Según un comunicado de prensa de GW Pharmaceuticals, el extracto de cannabis que contiene cantidades iguales de THC y CBD (denominado Sativex) es eficaz para el dolor provocado por el cáncer, según los resultados de un ensayo clínico en fase III. El extracto rico en THC no resultó mejor que el placebo.
No existen evidencias claras sobre su potencial para tratar las náuseas producidas por la quimioterapia, aunque sí la percepción favorable de muchos pacientes. "Disponemos de fármacos antieméticos potentes y nuevas moléculas que sí han mostrado su utilidad en ensayos clínicos. Hay que exigir que a la marihuana se le trate como a cualquier otro fármaco, que se demuestre su eficacia antes de utilizar a los pacientes como campo de pruebas. Puede que haya un subgrupo muy determinado de enfermos que no responde a otros tratamientos y que aún está sin definir cuáles son, que podría beneficiarse, pero no hay una necesidad global, afirma Antonio Antón, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica.
El próximo 24 de febrero comienza Spannabis 2005, la Feria del Cáñamo y Tecnologías Alternativas, en la que se realizarán diferentes conferencias y exposiciones. Hay 2 especialmente interesantes, de entre más de las 10 que se realizan.
Muchos seropositivos toman cannabis para mantener el apetito; otros como antiemético, para evitar náuseas y vómitos. Los antirretrovirales hacen que con frecuencia pierdan las ganas de comer y un 5% de los afectados acaba desarrollando caquexia, un trastorno alimentario y metabólico severo. "Hay pacientes que consumen marihuana y dicen que es lo único que les mantiene el apetito, pero no disponemos de ensayos que hayan comparado su eficacia con un antianorexígeno o con un antiemético. Sólo contamos con experiencias personales", sostiene Antonio Antela, vicepresidente de la Sociedad Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA).
"No existe un estudio que demuestre una eficacia clara, pero sí indicios de que podría ser beneficiosa en síntomas como la espasticidad, el dolor y en los trastornos urinarios. No me parece mal que se hagan estudios para poder prescribirla de forma muy individualizada, pero no a una amplia población de pacientes", puntualiza Xavier Montalbán, responsable de la Unidad de Neuroinmunología Clínica del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona.
El Instituto Stichting de Marihuana Medicinal (SIMM) anunció el pasado 3 de febrero que ha presentado una demanda contra la Oficina del Cannabis Medicinal del Ministerio de Sanidad. El SIMM era uno de los dos proveedores legales de cannabis para uso médico de la Oficina y ahora cree que ha actuado injustamente al terminar el contrato con ellos, dejando sólo a Bedrocan como único suministrador. SIMM dijo que había hecho una gran inversión económica para obtener cannabis para uso medicinal que cumpliese los estándares requeridos por el gobierno y que en la actualidad sufre un enorme déficit financiero.
Investigadores italianos han descubierto que el AM404, sustancia química que bloquea la recaptación celular de la anandamida, reduce el dolor en un modelo experimental de neuralgia. Afirman que "el AM404 podría ser un útil medicamento para el dolor neurológico."
Investigadores británicos informan que ciertos cannabinoides inhibieron la producción de óxido nítrico y la degradación del proteoglicano en las células del cartílago. El proteoglicano juega un importante papel en el funcionamiento del tejido cartilaginoso. Los autores concluyen afirmando que algunos cannabinoides pueden proteger el cartílago y prevenir su reabsorción.
Unos 10.000 ciudadanos de Oregon poseen tarjeta médica de marihuana, cerca de 20 veces más lo que habían predicho las autoridades cuando el programa entró en funcionamiento hace seis años. El proyecto, que no obtiene dinero estatal, ha crecido tan rápido que generó el año pasado un superávit económico efectivo de casi 1 millón de dólares. Para reducirlo, las autoridades disminuyeron en enero la cuota anual para la posesión de dichas tarjetas de 150 a 55 dólares.
Pharmos Corporation anunció el pasado 20 de diciembre los resultados de su estudio en fase III con el dexanabinol para el tratamiento del traumatismo craneoencefálico severo. El dexanabinol es un cannabinoide neuroprotector sintético. Sin embargo no ha demostrado eficacia mesurable en la prueba básica de evaluación clínica, la Escala Glasgow Ampliada (GOSE). El estudio, comparado con placebo, se realizó en 86 centros de traumatología de 15 países. Se dispone de los datos de 846 pacientes, 428 tratados con dexanabinol y 418 con placebo. Aunque el ensayo no demostró eficacia, sí constató un excelente perfil de seguridad para el dexanabinol. Tampoco hubo diferencias de mortalidad entre los dos grupos tratados.