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Alzheimer
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Según un estudio publicado en el American Journal of Cardiology, el consumo prolongado de cannabis no está asociado con un incremento del riesgo de sufrir enfermedad cardiocirculatoria, como es un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Mientras que el consumo agudo se asocia con un aumento del apetito y con cambios en la presión arterial, un estudio a largo plazo (el estudio CARDIA), con 3.617 participantes de los Estados Unidos, no encontró ningún efecto del consumo regular de cannabis sobre los lípidos sanguíneos y la presión arterial.
En este estudio, fumar un cigarrillo de cannabis no tuvo ningún efecto continuado sobre la presión arterial, aunque sí causó síntomas de hipotensión (mareo, desfallecimiento) en 7 de los 40 sujetos sanos estudiados. El rimonabant, antagonista de los receptores CB1, atenuó este efecto hipotensor, lo que sugiere que dichos receptores CB1 juegan un determinado papel en el fenómeno.
Investigadores del Instituto Psiquiátrico de Nueva York han presentado el caso de una mujer, diagnosticada desde hace tiempo de hipertensión intracraneal idiopática, que tras fumar cannabis mejora los dolores de cabeza, la fotosensibilidad, la ceguera transitoria y de ampliación de ángulos muertos, y el tinnitus. Todo estos síntomas y signos, incluido el edema de papila (o inflamación del nervio óptico justo donde entra al ojo), se asocian con el aumento de la presión intracraneal, lo que significa que el uso del cannabis disminuyó de manera eficaz dicha presión. El tratamiento con THC a dosis de 10 mg, posteriormente reducido a 5 mg, dos veces al día también resultó eficaz.
El THC protege a las arterias contra los cambios perjudiciales que llevan a su endurecimiento (proceso denominado aterosclerosis), según un estudio realizado en ratones y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ginebra, Suiza. La aterosclerosis es la principal causa de infarto cerebral y cardiaco. El estudio, publicado en la revista Nature, afirma que el THC puede bloquear el proceso de inflamación, responsable en gran parte de los cambios que ocurren en los vasos sanguíneos. La inflamación, junto con los depósitos grasos, son los que llevan al estrechamiento de las arterias.
En un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, científicos de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto Cajal han demostrado que los cannabinoides pueden reducir los procesos patológicos asociados al Alzheimer. Esperan que los cannabinoides puedan ser utilizados para desarrollar fármacos nuevos contra ésta enfermedad.