En los últimos tiempos, el uso de aceite de cannabidiol en el sector farmacéutico se ha multiplicado y este se ha convertido en un aliado bastante popular para ayudar a combatir ciertos problemas.
El uso del aceite de cannabidiol, frecuentemente abreviado como CBD, está muy presente en la medicina, pues se ha descubierto que aporta beneficios y efectos positivos en la lucha contra ciertas enfermedades.
Sin embargo, debido a que proviene de la planta de cannabis, aún existe mucho prejuicio al respecto y las personas se rehúsan a darle una oportunidad.
Pero esto es un grave error, ya que el CBD ha demostrado ser un aliado muy bueno para ayudar a combatir ciertos problemas de salud sin causar ningún tipo de adicción o efecto secundario. Por ello, hemos preparado este artículo, en el que abordaremos todo lo que debes saber sobre el uso a nivel médico de este aceite.
¿Qué es el CBD?
Pero antes de profundizar en el tema, es necesario abordar primeramente qué es el CBD o aceite de cannabidiol. Este es el componente principal del cannabis, y que se encuentra en la flor resinosa, concretamente abarcando hasta un 45% del extracto de esta planta.
Además, el CBD es solo uno de entre poco más de 100 cannabinoides que se encuentra en la planta de cannabis. Y cabe destacar que este es un compuesto totalmente natural, por lo que no es psicotrópico ni psicoactivo con capacidad de generar adicción, sino que tiene un potencial médico muy grande.
A raíz de esto, se ha incrementado el estudio del uso del CBD para combatir los síntomas de diversas enfermedades, intentando curar a los pacientes o directamente mejorar su calidad de vida.
¿Cuál es el uso del CBD?
Este aceite puede utilizarse como un suplemento alimentario, pero también como un tratamiento farmacológico o remedio tópico, pudiendo aliviar dolores fuertes, inflamación, ansiedad, entre otros problemas y síntomas que afectan la salud de las personas.
De hecho, uno de los usos principales de este aceite es para tratar síntomas ocasionados por enfermedades neurológicas, tales como el Alzheimer, la esclerosis múltiple, la esquizofrenia, entre otros. Y su efecto se potencia cuando se combina con otro de los cannabinoides más utilizados, el THC.
Esta combinación ha arrojado resultados positivos en la investigación contra el cáncer, pues obliga a las células cancerosas a suicidarse, evitando que el tumor siga creciendo.
¿Es lo mismo THC y CBD?
La respuesta corta es que no. Estos componentes poseen propiedades que los diferencian. Sin embargo, la principal de estas es que el THC tiene efecto psicotrópico, por lo que puede generar una alteración de la percepción de la realidad de forma temporal. Y este es uno de los resultados por lo que se suele conocer la planta de cannabis.
Sin embargo, este efecto no está presente en el CBD; por lo que su uso es mucho más aceptado en comparación con el THC, ya que no produce alteraciones, ni alucinaciones ni dependencia al consumo de esta sustancia.
Además, el uso del CBD puede contrarrestar todos los efectos psicoactivos del consumo de THC y no posee efectos secundarios conocidos tras muchos años de investigación y pruebas.
Beneficios del CBD
Es importante señalar que, actualmente no se conocen todos los usos y posibilidades medicinales que ofrece el CBD, por lo que resta mucho trabajo investigativo por delante. Aunque de momento, sí se ha confirmado que ofrece muchos beneficios manifestados a través de sus propiedades.
- Antiinflamatorias
- Analgésicas
- Ansiolíticas
- Anticonvulsionantes
- Antitumorales
- Antipsicóticas
- Neuroprotectoras
Por ende, su uso se ha aprobado para tratar las siguientes enfermedades:
- Fibromialgia
- Dolores crónicos
- Enfermedades como la artritis, que son inflamatorias autoinmunes
- Distintos tipos de cáncer
- Depresión, ansiedad y estrés
- Trastornos neurológicos
- Enfermedades neuropsiquiátricas
- Diabetes y obesidad
- Problemas cardiovasculares
- Enfermedad de Crohn
- Dermatitis y otros problemas de la piel
Estos son solo algunos de los usos que se han aprobado para el CBD, pero aún queda mucho estudio por delante, por lo que la lista puede hacerse más larga.
¿Es seguro ingerir CBD?
Consumir CBD es algo totalmente seguro, pues no produce por sí solo efectos secundarios ni psicoactivos. No obstante, sí debes tener cuidado al momento de ingerirla cuando estás tomando otros medicamentos, pues pueden interactuar de mala forma, ocasionando algún problema que podría ser fatal.
Consumirr esta sustancia es ideal para combatir los síntomas que produce ciertas enfermedades, como, por ejemplo:
- Ansiedad y depresión
- Autismo
- Cáncer
- Dolor neuropático
- Desórdenes inflamatorios y autoinmunes
- Psicosis, espasmos y más
¿En qué formatos se puede consumir el CBD?
Actualmente, los productos que se derivan del cannabis y poseen CBD que podemos hallar en el mercado, son los siguientes:
- Suplementos de CBB: dentro de este grupo podemos mencionar tinturas, cápsulas de gel, pastillas, entre otros. Su efecto dura lo mismo que los comestibles.
- Aceites hechos con CBD: estos pueden consumirse por vía oral, pero también en cápsulas de gel. Pero también se aplican de forma tópica mediante cremas o por vía sublingual en aerosol.
- Cremas CBD: en este grupo podemos destacar los bálsamos, lociones, ungüentos, pomadas y demás elementos que son extraídos directamente del cannabis para aplicarse por la vía tópica o de la piel.
- Alimentos con CBD: dentro del grupo de los comestibles, debemos mencionar los aperitivos que se cocinan con el aceite de CBD, la mantequilla, bebidas como jugos y tés, entre otros.
De momento, estos son los medios más comunes por los que se puede emplear el CBD. Sin embargo, también se debe mencionar que se puede adquirir en el mercado alguna flor de cannabis que se puede utilizar con un vaporizador para inhalarla de forma relajada y tranquila en casa.
Cabe destacar que la duración y el efecto principal que el CBD cause va a depender directamente de la forma en la que se ha administrado.
Por lo general, se recomienda inhalarlo para combatir síntomas agudos, ya que el efecto tiende a durar dos horas. Mientras que, para luchar contra síntomas crónicos, se recomienda la administración oral, ya que puede durar hasta 6 horas.