El equipo del Dr. Michael T. Lynskey de la Facultad de Medicina de Washington en S. Louis examinó el papel de la genética y la influencia ambiental durante la niñez, y su relación entre el uso de cannabis y la depresión mayor. Para ello entrevistaron a un grupo de individuos del Registro de Gemelos Australiano, a los 30 años de edad.
Identificaron a 277 pares en los que un gemelo había consumido cannabis mientras el otro no. Las probabilidades de depresión, y pensamientos e intentos de suicidio fueron 1’3 y 3’4 veces mayores en el gemelo que había consumido cannabis en comparación con el que no lo había hecho. La fuerza de la asociación era más alta en mellizos (bivitelinos o dicigóticos) que en gemelos (univitelinos o monocigóticos). Este último hallazgo implica que “la vulnerabilidad genética es una contribución importante” a la asociación entre el uso de marihuana y la depresión, afirman los autores.
Estos resultados sugieren que “la depresión no es motivo para que la gente consuma (cannabis), ni que su uso o dependencia (al cannabis) causa de por sí depresión,” dijo Lynskey en una entrevista a Reuters Health. “Así que, desde un punto de vista clínico, no necesariamente la eliminación de uno de los factores nos lleva, automáticamente, a la desaparición del otro.” En otras palabras, agregó, ambos problemas “necesitan ser abordados dentro de un mismo plan estratégico terapéutico.”
(Fuentes: Reuters Health del 8 de october de 2004; Lynskey MT, et al. Major depressive disorder, suicidal ideation, and suicide attempt in twins discordant for cannabis dependence and early-onset cannabis use. Arch Gen Psychiatry 2004;61(10):1026-32.)
Cortesía de IACM
Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento